Sólo cuando
la noche
tiende su
manto,
encuentran
consuelo
mis versos
quebrados.
Como nadie les ve,
se recitan sin vergüenza,
aún sabiéndose torpes.
Cuando ya las estrellas brillan,
vuelvo a ser la niña
y mis manos acarician la magia
que impregna el aire,
mientras mis labios
dibujan un mohín contrariado
ante mis versos rotos.
Pero no importa,
porque nadie sabe
de mi debilidad
y miedos no declarados.
Nadie puede hacerme daño.
Mañana
amaneceremos,
mis versos
rotos y yo.
Y con la
primera luz del alba
remendaré el
traje
que
llevamos cada día.
Preciosos versos rotos de una niña que juega con la noche y las estrellas .... y baila con sus miedos no declarados en la paz de la luna.
ResponderEliminarLa última estrofa brilla con luz propia.
*Ola inmensa!!
Tus versos no rompen, como las olas, la poesía del día, sino que lo acercan a la noche, y en ella cobran vida.
ResponderEliminarUn beso de mar
ResponderEliminarA las buenas noches:
Te leí está mañana y, ahora que acabo de escaparme, me llevo tus versos que, aunque digas que son rotos, están muy enteros.
Cienes de besitos pal andando y cienes de y pico de abrazos
Shi
No son versos torpes, son versos valientes. Se suceden con ganas.
ResponderEliminarBesos.
puck
Pues yo los veo bastante enteros, no me parece que sea necesaria ninguna clase de pegamento para poderlos leer.
ResponderEliminarLa noche y ese brillo diminuto de cada una de las estrellas que nos miran desde arriba, son una buena compañía para hacer que nos contemos cosas con más facilidad, yo me doy cuenta de que cada vez "me retiro" más tarde
Besines mil preciosa
Son hermosos versos que coso en los hilos de una camisa azul.
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