En la
ladera del miedo, tiene su nido la
esperanza, en el que nos refugiamos, por
no llegar a mirarle cara a cara. Y confiando en que las cosas pasan hacemos en
ella nuestro fortín trenzado con ilusiones. Allí esperamos que cada dificultad se desintegre por sí sola o que alguien
tienda una mano y nos ayude o bien a enfrentarnos al miedo o a distraernos de
él, como si así, fuera a dejar de existir para siempre.
En
algún momento del pasado fui demasiado valiente y me rompí. Entonces decidí no
serlo y me acomodé en esa esperanza. Y además me creí que la reciente cobardía era
una adquisición de lo vivido, y que se
había convertido en parte esencial de mí. Durante mucho tiempo, las personas
más cercanas a mi corazón, me intentaron recordar que era valiente. Hoy ya no
lo hacen. Creo que es porque ya las he
convencido de que no lo soy.
Lo peor
es que te das cuenta de que te estás inventando esa cobardía para no hacer algo
a lo que tienes miedo, y así justificarlo. Y aún sabiendo esto, te dices, que
te acabas de inventar la explicación, y que no es que no seas cobarde, es que
no eres capaz, o no sabes, o que ya agotaste la valentía que te otorgaron al
nacer, y ahora te espera una vida llena de decisiones no tomadas, de huídas y
escaqueos, y que así es la vida, y así eres y ya está. Que tienes derecho a
vivir con cualquier carencia que tengas
ahora o en el futuro, ea.
Recuerdo
que cuando actuaba como una kamikaze , y me enfrentaba a todo , caía a menudo,
y me hacía daño, pero entonces, me volvía a levantar y volvía a empezar, por
pura obstinación. Incluso iba a buscar las situaciones yo misma, a retarlas, lo
cual me provocaba algún que otro conflicto.
Ahora, claro, como ya no me enfrento, no me
caigo, pero me doy cuenta de que lo que ocurre es que estoy viviendo en el
suelo, y con esa actitud, perdiendo
cierta dignidad.
Y esta
reciente conciencia de mi posición actual frente al mundo y hacia mí, debería
hacerme retomar a la persona que era antes, que aunque pensaba que ya no
estaba, si lo está, o al menos hay alguna posibilidad. Y es que , el otro día,
encontré a otra parte de mí que tenía perdida, cuya ausencia me entristecía, lo
cual me hizo pensar que a saber que más trocitos de mi a los que he considerado muertos, están en realidad sólo dormidos.
Pd.
Sigo desnuda de versos me temo, y quizá os aburran estas diatribas humanas, y
por ello os digo que lo siento. Bueno, no lo digo, que me reñís, lo retiro
totalmente.
Ola inmensa:
ResponderEliminarCada día que vivimos es un escalón ,a veces hacia abajo,otras hacia arriba.
EN lo profundo de nuestro ser hay todas esas sensaciones que relatas y a mi edad,pienso que casi nos (yo la primera)exigimos demasiada perfección.
NO es fácil tomar decisiones,no es fácil caminar y menos cuando somos personas tan sensibles.
Me pregunto si no sería mejor dejar que vaya brotando lo que hay en nosotras,que despierte cuando sea necesario,que la fortaleza se muestre solo en el momento en que la necesitemos de verdad y los miedos....esos sí son una asignatura ,tal vez pendiente para siempre,pero no por ello dejamos de trabajarla.
Dicen que elegir es renunciar,y en esa renuncia asoman demasiadas soledades,mas.....siempre buscando la paz interior que es la que debemos alcanzar.
Podría decirte tantas cosas!pero me decanto por acompañarte de corazón en tu búsqueda dándote todo mi cariño y confianza.
Besucos amiguca .Tus diatribas humanas son la mejor poesía .Note disculpes.
Un abrazo de esta "pequeña" amiguca que siempre te siente muy cercana
Gó
Gracias Go. Siempre ahí, generosa y acertada en tus opiniones. No sabes la ilusión q me hace siempre encontrarte en mi casa, acompañandime siempre. Un abrazo d los buenos !
EliminarSi has encontrado esa parte tuya, ese aire que se esconde en capas misteriosas, entonces estas ganando una batalla.
ResponderEliminarSigue subiendo peldaños...la escalera te llevará lejos.
Esperanza y miedo (a perderla)...una pareja que a duras penas llegan a sobrevivir juntas. Casi siempre hay una que gana!
ResponderEliminarUn abrazo!
A los buenos días:
ResponderEliminarCreo que somos del momento, qué además ya da igual lo que fuimos o dejamos de ser,pues es el ahora, y qué sea triste o alegre depende muy mucho de nosotras, claro que también depende de algún que otro montón de cosas...
Me choca eso de miedo y esperanza juntas, ese que uno casi dependa del otro, lo pensaré pues no lo llego a entender, pues es imposible que estén juntos a no ser que se desee así. Lo pensaré.
Cienes de besitos pal andando y cienes de y pico de abrazos
Shi