Vivir, vivir....

Y qué te voy a decir. A pesar de tantas cosas me siento agradecida a la vida. Incluso soy capaz de ver el lado bueno de las noticias malas relacionadas con corrupción y maldad, sí. Me da una mejor imagen de mí y de quienes me rodean,  puesto que yo pienso de mí que nunca podría estar ahí, en ese punto de desprecio por los demás, en esa falta de ética, en esa incoherencia con lo que de niña me enseñaron. Los malvados nos hacen sentirnos mejores. Y es un pensamiento un tanto cínico quizá, o poco noble, pero creo que en el fondo, inconscientemente, ellos nos hacen mejores personas, nos hacen mantenernos en nuestros valores , nos hacen que seamos buenos, para compensar.

Estoy agradecida a la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas. No me importa ir a trabajar porque voy dando un agradable paseo en bicicleta con mi música ( solo un casco, que es peligroso) y porque disfruto del aire fresco de la mañana , y con estas cosas, me olvido de las condiciones laborales , de mis crisis existenciales y de la contaminación provocada por el tráfico.

Últimamente disfruto de nuevos encuentros. Hay nuevas personas a mi alrededor, y lo vivo cada encuentro tiene los colores del arcoíris y es una fiesta. 

Y el sol, y la lluvia que ahora mismo cae más bien tímida, y el mar a pesar del agobio de calor y de la arena, y convocar a alguien cien veces para que aparezca una sola. Hasta eso me hace feliz. 

Así se lo decía a mi amigo el otro día: me siento agradecida ¿ cómo era la canción?  Porque estoy viva y disfruto simplemente con saber, con ser consciente de que lo soy. Me faltan muchas cosas, muchas , pero no pienso en ellas porque no están. Pienso en las cosas que sí están y ahí cabe todo : desde la ráfaga de aire fresco que por fin entra por mi ventana tras tantas noches irrespirables como el saber que mañana vuelvo a ese trabajo monótono y poco constructivo que me permite pararme a pensar en la belleza y milagro de las cosas que me rodean, caben también  mis cinco sentidos  y mi capacidad de soñar despierta ( no tanta dormida, me temo) 

Disfruto de hasta de juegos que antes me hacían sentir mal, ¿ sabes? , así como poco valorada y estimada y esas cosas. Pues ahora hasta los miro con una sonrisa de esas , no sé cómo decirte, entre divertida y amarga, pero sonrisa al final. Vamos, que ya no lloro con facilidad  ( nunca lo hice más que en las entrelíneas de mis frecuentes escritos del pasado)

Este día ha sido muy solitario. Podía no haberlo sido, pero aún así ha sido un día bello a pesar de la soledad.

Estar vivo es bello, es toda una fortuna realmente. No sabes cuánto va a durar ni con qué calidad. Solo sabes cómo estás ahora. Solo eso. Cada minuto es precioso  y creo que me he dado cuenta porque ha habido momentos en el pasado en los que prefería no estar, no existir simplemente. Tiempos en los que realmente, no me hubiera importado ser un bonito/feo cadáver. Tan malo me parecía todo. Tantas lágrimas , tanto dolor, tanta autodestrucción. ¿Para qué?  

Hoy camino casi siempre jovial y con una sonrisa quizá por aquellos otros momentos. Sí, estoy segura de que sí.  Últimamente me acuerdo de mi yo de 19 años. A esa edad yo quería morir a los cuarenta. Pensaba que 20 años más eran suficientes. Qué cosas. Hoy ni mil vidas me serían suficientes. Cuántos caminos recorridos, polvorientos, llenos de piedras que laceraban mis pies y mi alma, cuánta incomprensión viví, cuántos golpes, cuántas lágrimas acumuladas.

Ojalá la vida me deje así, como estoy, sabes?  Sé que no, sé que hay tristezas inevitables que me aguardan. Pero creo que las viviré de otra manera, sabiendo que hasta ellas tienen sus días contados. Nada es eterno.