miércoles, 23 de enero de 2013

Como una niña


Tras vestir mis labios
con un beso,
abandonas mi lecho
creyéndome dormida.
Y yo, que soy como una niña,
me deslizo en la noche
para jugar con la luna.

 

Regreso  al alba
con las mejillas arreboladas,
y te busco excitada
para ofrecerte
los cuentos
que me narró la luna.

 

Duermes, y yo,
que soy infantil  y malcriada,
te susurro lastimera: ¡Tengo frío
y sed!.
Tú, solícito
me entregas tu abrazo
mientras
bebo en tu ombligo,
el rocío de la aurora.

 

Y ahora,
desde tu regazo
sueño los versos
que cuando despierte,
escribiré
sobre tu piel.

 Imagen de RedEyeLoon





 
 
 



                   



8 comentarios:

  1. Lo he leído varias veces, me gusta mucho, parece que el tiempo de descanso ha dado sus frutos

    Yo también "estoy volviendo", aunque todavía vaya despacito, parece que el año no lo he empezado mal, veremos a ver cómo sigue.

    Besos y sigue escribiendo así de bien

    P.D.- Por fin me decidí a abrir el blog
    http://soqui17.blogspot.com/, aunque no he cerrado el otro

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  2. Aire:
    Qué versos más bellos acabo de leer.La primera estrofa es deliciosa y con las otras llenas de ternura .
    EL beso,la luna el abrazo....
    Comienzas precioso el camino,amiguca.
    Y sabes cómo me gustan tus versos llenos de mensajes del alma.
    Besucos ola inmensa!!

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  3. Maravilloso el amor que rejuvenece, haciendo que la niña vuelva a sentirse dentro de la mujer que ama...
    Hermoso.
    un abrazo

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  4. A los buenos días:

    En nada llegará la primavera y, tú te has adelantado. Muy bonito niña.

    Cienes de besitos pal andando y cienes de y pico dea brazos

    Shi

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  5. No hay nada como rebuscar los recuerdos que nos hace felices.


    Besos con alas

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  6. Me gustó ese aire que dejaste de niña tan bien plasmado, mezclado con otro aire pelín pícaro, es un nuevo aire, me gusta.
    Besos.
    puck

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  7. Ya ves no se fue nunca tu primavera
    mira pues como el invierno calienta
    floreciendo versos como crocus dispersos en la bella nieve blanca
    Eres siempre tú, aunque igualmente
    distinta pero con mas brillo en tu
    imparable sonrisa y en tu mirada de niña...

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  8. No hay edad para jugar con la luna intercambiando cuentos, no hay edad para solicitar mimos, atenciones, afectos, no hay edad para soñar versos que escribir sobre la piel amada. Por fortuna, esas cosas no son exclusivas de la infancia. O tal vez sí y es que en el fondo no abandonamos del todo la niñez. Ya te lo he dicho, Aire, pero te lo reitero. Me alegro muchísimo de tu vuelta a la poesía que es como tu segunda piel.

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